Antonio y José Antonio se conocieron en Zaragoza durante la universidad, a finales de los noventa. Desde entonces trabajaron para diferentes empresas como comerciales. Mantuvieron su amistad y hoy explotan la franquicia que Mundopán ha puesto a disposición de sus clientes en Zaragoza. Nos cuentan su experiencia y las particularidades de sus clientes.
‘Hemos cogido un servicio de toda la vida pero haciendo uso de la tecnología actual’, asegura Antonio. ‘Los tiempos han cambiado. Antes siempre había una persona en casa durante el día que solía ser la madre de la familia. Ahora nadie se queda en casa. Por eso, que te traigan el pan es una ventaja. La tarea de comprarlo puede llegar a ser incómoda por las colas o a la hora de buscar aparcamiento’, nos dice. ‘La comunicación con el cliente es fundamental. Usamos más el email que el teléfono ya que a ciertas personas les cuesta dejar un mensaje en el buzón de voz’, matiza.
Le preguntamos por alguna anécdota y nos comenta que una señora llamó una vez y dejó en el buzón de voz el siguiente mensaje: ‘Oye que soy Pili de Cuarte (un pueblo de Zaragoza) , mañana quiero dos barras’. Y colgó sin dar más datos.
Las últimas empresas donde trabajaban los dos amigos sufrieron grandes pérdidas tras la crisis y decidieron dar un impulso a una franquicia de Mundopán en Zaragoza. Fue “tirarse a la piscina”, como nos comentan. ‘Básicamente es hacer pan y venderlo’, asegura Antonio, que entiende perfectamente el modelo de negocio de Mundopán a Domicilio. ‘Hay que concentrar la mayor clientela en el menor espacio posible, es decir, extenderse como una mancha de aceite para optimizar el servicio’.
Cada delegación tiene sus particularidades. En el caso de Zaragoza el producto que más triunfa es la barra de cuarto de kilo. Lo que más valoran del servicio es la flexibilidad: poder decidir qué días necesitan más pan, y cuáles no. ‘Los domingos, con las comidas familiares, la demanda aumenta. En algunos puentes, como en este último, el de San José, hay clientes que llaman y cancelan el servicio ya que se van de viaje’, nos cuenta José Antonio. Por otro lado las distancias no son como en Madrid o Barcelona, por ejemplo, y la mayoría de los clientes van a comer a casa porque tardan poco en llegar.
Antonio y Jose Antonio ven el negocio con gran proyección en esta zona de España. Sobre todo hay oportunidad con empresas de 5 o 6 trabajadores que consumen a diario 3 o 4 barras de pan. Su mejor cliente está pared con pared: los trabajadores agradecen el servicio de Mundopán porque trabajan de noche y poder degustar los productos a primera hora, recién horneados, no tiene precio.
Unos secretos muy interesantes. Efectivamente, lo de comer en casa es clave. Esta calidad de vida la estamos perdiendo en las grandes ciudades.