Recetas espeluznantes con pan para Halloween

“Esto es Halloween, esto es Halloween, Halloween, Halloween, Halloween, Halloween…” Esta famosa letra de una de las canciones más exitosas de la película de Tim Burton Pesadillas antes de Navidad es la melodía que siempre se viene a la cabeza al recordar la fecha del 31 de Octubre.

Con la bolsa en una mano, la bicicleta en la otra, una sábana blanca con dos agujeros desiguales para cada ojo que te caía hasta los pies y que ibas pisando cada pocos pasos tambaleándote por la calle.

También ese característico “truco o trato” que con el tiempo se va volviendo realmente infernal y que gritabas tras timbrar a la puerta del vecino esperando recibir un par de chucherías, galletas, chocolates… Cada año te proponías ganar más caramelos para superar tu propio récord y aunque al principio te daba un poco de vergüenza tocar la puerta de los vecinos, al final de la noche te convertías en un auténtico Sheriff en busca y captura de los dulces escondidos tras los misteriosos portones.

Acabada la faena, te ibas orgulloso con tu botín repleto de caramelos colgando del manillar de la bicicleta a casa para compartirlos con tu familia o amigos, no sin antes haber guardado (por si acaso) la mitad del trofeo debajo de tu almohada.

Entonces llegaba la hora favorita de todo niño: Cocinar en familia esos suculentos manjares que solo podías degustar el día de Halloween mientras te ibas comiendo la bolsa entera de chuches.

La carta con las recetas más espeluznantes para esa noche eran:

Entrantes: Tostas de pan fantasmas.

Cortas rebanadas de pan, mejor si tiene mucha miga y corteza crujiente, las separas en una bandeja unas de otras y restriegas un tomate crudo y maduro sobre ellas. Una vez acabadas les pones encima una loncha de queso en forma de fantasma y… ¡Listo!

Principal: Crema de calabaza con tropezones de pan tostados.

Este plato es más elaborado que el anterior y se debe comer caliente, algo que se agradece porque la noche del 31 ya se sitúa en la época del año de “mantita y peli”. Aunque la crema de calabaza es una buena manera de aprovechar el relleno de la calabaza que hemos desechado anteriormente para poder decorarla. Lo que hace que este plato sea aún más delicioso son los tropezones de pan que le añades, jugando a que son barcos que van navegando y una ola espesa con sabor a calabaza los hunde. Puedes añadir en la crema arañas creadas con aceitunas negras. Usa una entera para el cuerpo de la araña y trocea otra para formar las patas. También puedes añadir alga nori crujiente con forma de tela de araña.

Postre: Tarta de calabaza y galletas de jengibre en forma de murciélagos, fantasmas, tumbas y esqueletos.

Si ha sobrado calabaza de la receta anterior se prepara una tarta que está de muerte con calabaza, nata, jengibre y un poquito de canela. Te sorprenderá su sabor.

Para las galletas, se prepara la masa para hacer galletas con sabor a jengibre. Se amasa bien y las vas colocando en la bandeja del horno mientras les das forma con un molde “especial Halloween” de varias formas: fantasmas, tumbas, esqueletos, murciélagos… Cuando ya están listas las decoras como más te guste: con chocolate, sirope de fresa, virutas de colores o con frutas variadas. Y ya estarían listas para ser engullidas por el monstruo de las galletas.

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