Cómo adelgazar después de Navidad en 5 claves
Ya se han pasado las Navidades pero ahora nos quedan los últimos coletazos de estas fechas tan señaladas: recoger el Belén, el árbol con todos sus adornos y la brillantina que dejan por todas partes; ir a descambiar algunos regalos con los que no hemos acertado; y recuperar el tipo que teníamos antes de las cenas y “recenas”, comidas y sobremesas. No es de extrañar que mucha gente se pregunte cómo adelgazar después de Navidad.
No os preocupéis. A continuación os vamos a marcar unas pautas muy sencillas y ya veréis cómo muy pronto nuestro peso ha vuelto a ser el que era ¡y sin hacer grandes esfuerzos!
Cómo adelgazar después de Navidad
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Sin prisa pero sin pausa.
No debemos intentar perder esos kilos de más en un plazo determinado ni irreal. Cada cuerpo tiene sus ritmos y lo normal es que sea más fácil coger peso que perderlo. Así que si no queremos frustrarnos lo mejor es que nos pongamos el objetivo de kilos a perder, seamos rigurosos con las pautas y nos demos un plazo realizable. Una buena medida sería perder entre un kilo o kilo y medio al mes.
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Desconfiar de dietas milagro.
No existen las dietas milagro para adelgazar después de Navidad. Es cierto que se pueden perder varios kilos al mes pero no necesariamente de lo que le sobra al cuerpo. Por ejemplo hay dietas que nos hacen perder líquidos y, además de que no son sanas, los líquidos se recuperan con la misma facilidad que se pierden, con lo cual, no adelantamos nada.
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Cinco comidas al día.
Ésta es una regla de oro por varias razones:
- En primer lugar, el propio proceso de la digestión es una tarea ardua de nuestro organismo en la que se queman muchas calorías. Así, si en lugar de tres veces al día, hacemos la digestión cinco veces, quemaremos casi el doble de calorías a diario.
- Además, el hacer cinco comidas nos hace llegar con menos hambre a la siguiente ingesta y, en definitiva, con menos ansia, con lo cual, seguramente comamos más razonablemente y masticando mejor, que si llegamos dispuestos a comernos todo lo que se nos ponga por delante. Ah, y también conseguiremos evitar fácilmente el “picoteo” entre horas.
- Al ingerir menos cantidad en cada comida facilitamos la digestión y esto es algo que nuestro organismo nos va a agradecer. El tránsito intestinal será más fluido y nuestro páncreas podrá esmerarse más en disolver grasas que si le llegan en mayor cantidad de una vez.
- Lo mejor es dejar pasar un mínimo de dos horas y media entre comida y comida para que la digestión de una no se vea interrumpida por la siguiente y conseguir que la última comida, la cena, no sea justo cuando vamos a acostarnos sino que entre ésta y el momento de irnos a la cama, pasen también un par de horas.
- Un ejemplo de horario de comidas, atendiendo a lo anterior, podría ser el siguiente:
- 8.30h – Desayuno.
- 11.30h – Almuerzo.
- 14.30h – Comida.
- 17.30h- Merienda.
- 21.00h – Cena.
- 00.00h – Dormir.
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Trucos para racionar los nutrientes.
Como todos sabemos, nuestro cuerpo necesita de distintos nutrientes para llevar a cabo todas las funciones, desde mover los pulmones para respirar, hasta el crecimiento. Pero cada nutriente tiene tareas muy distintas. Por ejemplo, los hidratos de carbono nos aportan energía inmediata; las grasas son reservas de energía; las proteínas son necesarias para todos los procesos de formación de tejidos y otros importantes procesos metabólicos… Por ello, dos trucos muy buenos para aprovechar esto:
- Sustituir las grasas por hidratos de carbono en las comidas centrales del día, así tendremos la energía necesaria pero a través de nutrientes que “se queman” fácilmente. Si además incorporamos energía de acuerdo a la que vamos a consumir mejor que mejor. Por ejemplo en el desayuno, que tenemos todo el día por delante y hay que reponer fuerzas, podemos desayunar unas buenas tostadas con aceite y tomate acompañando nuestro café. La fruta tampoco estará de más. Durante el almuerzo unos cereales, o un puñado de frutos secos, nos saciará sin necesidad de ingerir azúcares industriales. En la comida aún tenemos mucho día por delante, así que un buen guisado de carne con verduras y salsita para mojar pan será lo ideal a esta hora.
- Consumir proteína baja en grasa durante la cena y nunca hidratos de carbono en este momento. La proteína iniciará procesos metabólicos mientras estamos dormidos, en los que se quemarán calorías. Al no haber ingerido nada que nos aporte energía, el organismo tendrá que tirar de las reservas, esto es, de las grasas acumuladas. Ya véis, ¡sin ningún esfuerzo por nuestra parte, podemos quemar grasa durante la noche!
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Constancia
Por último, la última clave es ser muy constante y no dejarnos llevar por ni por objetivos inalcanzables ni por ideas casi mágicas. Todos los alimentos son necesarios y lo importante es saber de qué modo consumirlos. Aprendiendo esto nuestro cuerpo funcionará mejor y no tendremos que privarnos de nada.
Esperamos que este post sobre cómo adelgazar después de Navidad te sirva de ayuda para perder todo el peso que te sobra.