Cómo se hace el pan: proceso de fabricación
Como sabéis en la base de la pirámide alimentaria se encuentra el pan. Así mismo, en todos los artículos que leemos sobre nutrición y alimentación el pan es el protagonista de una dieta saludable y equilibrada.
Esta fama no se ha ganado de la noche a la mañana, pues el pan viene siendo la base de la dieta desde hace más de 7000 años. Lógicamente no era un pan como el que conocemos hoy. La masa no estaba fermentada y la cocción era muy pobre, pero nuestros antepasados ya advirtieron todo lo que les aportaba el cereal, así que lo machacaban y elaboraban una pasta con agua para acompañar otros alimentos.
Algo más parecido al pan, tal y como lo conocemos hoy en día, es lo que elaboraban los egipcios, quienes ya fermentaban la masa. En algunos relieves hablan precisamente sobre cómo fabricaban este prodigioso alimento.
Pero esto es historia que os podemos detallar en otro post. Aquí vamos a contaros el secreto de un alimento tan sencillo y a la vez tan complejo.
¿Cómo se hace el pan?
Como sabéis sólo necesitamos cuatro ingredientes para elaborar pan: harina, agua, sal y levadura pero… ¿habéis probado a mezclarlos? Seguro que sí. El resultado no se parece nada a una barra de pan. Entonces ¿dónde está el secreto?
Vayamos paso a paso:
El ingrediente estrella de nuestro pan es harina de trigo. Aunque hoy en día se elaboran panes con harinas de otros cereales (como las variedades para celíacos que se hacen por lo general con harina de maíz) la harina de trigo, precisamente por contener gluten es la más adecuada.
El gluten tiene la capacidad de “aglutinarse” y esto es lo que confiere al pan esa textura tan inconfundible y esponjosa.
Añadiendo agua a la harina conformamos una masa elástica. El agua, además de necesaria para adquirir plasticidad y cohesión, es necesaria para el fermentado.
El fermentado es la clave en la elaboración del pan pues este paso es el que hace que la masa crezca y se esponje. La responsable de que esto ocurra es la levadura.
Por último, para darle un toque de distinción y sabor, añadiremos un poco de sal a nuestro pan. Además, otro secreto, la sal ayudará a que el pan mantenga humedad por más tiempo, esto quiere decir que estará blandito y jugoso más horas.
Y teniendo una masa elaborada con estos cuatro ingredientes:
- Amasaremos a conciencia pues tenemos que lograr una mezcla homogénea y bien oxigenada. Hoy en día contamos con máquinas que realizan esta dura labor.
- Dividiremos la masa en porciones teniendo en cuenta sus pesos.
- Ahora vamos a hacer bolas con cada porción de masa para no dañar la estructura que habíamos conseguido.
- A temperatura ambiente debemos dejar descansar la masa a la par que las levaduras comienzan a hacer su trabajo.
- Ahora sí, de cada bola de masa saldrá una barra de pan con la forma que queramos darle.
- Fermentación. Los objetivos de la fermentación son la formación de CO2 para que al ser retenido por la masa ésta se esponje, y mejorar el sabor del pan como consecuencia de las transformaciones que sufren los componentes de la harina.
- Antes de hornear haremos unas incisiones en la superficie de cada barra para permitir su desarrollo durante el horneado.
- Cocción y horneado. Transformamos aquí la masa fermentada en pan. En esta fase se evaporan los alcoholes producidos durante la fermentación, además de buena parte del agua.
- Es una parte muy importante del proceso ya que, como habéis visto, la masa del pan es una masa viva que sigue transformándose mientras mantenga calor. Además de que la comeremos más esponjosa, es recomendable para nuestro aparato digestivo comer pan que no esté caliente.
- Degustación. Ésta es la fase que más nos gusta, acompaña el pan con cualquier otro alimento, porque esa es su mayor ventaja, que queda bien con todo, ¡y a disfrutar!