Refranes con corteza y mucha miga
El fin de semana pasado decidí por fin ordenar el armario donde almacenaba y se amontonaban libros y cuadernos que con tanto gusto leía y rellenaba hacía años. ¿Os podéis creer que hasta encontré un álbum de cromos de “Marcelino Pan y Vino” que me habían regalado cuando era un renacuajo? (Aclaración: cromos de finales de los 90 que salieron antes de que se estrenara la serie de dibujos, no de la película española, ¡que no soy tan mayor!).
También hallé un cuaderno decorado con recortes de revistas donde aparecían panes y panaderos sonriendo, sujetando grandes palas de madera, trabajando en sus hornos y vistiendo su típico y singular gorro blanco. ¡Era mi libro de refranes de pan! Creía que lo había perdido y no, ahí estaba. La idea de escribirlo surgió a causa de que mi tío, un panadero muy famoso en la pequeña ciudad donde vivía, siempre que íbamos a su casa a visitarle, nos relataba con pasión algún refrán que tenía que ver con panes.
Y es que el refranero español está lleno de dichos y proverbios referentes a este alimento, siempre ligado a la evolución del hombre. ¡Normal con lo rico que está!
En las primeras páginas del cuaderno estaban escritas expresiones como “ser más bueno que el pan”, la cual se refiere a aquella persona que es amable con otras o que se porta bien con otras; “ser pan comido”, referido a algo que es muy fácil de realizar; “estar más bueno que el pan / estar de toma pan y moja”, dicho de alguien que nos resulta especialmente guapo y atractivo; “tener cara de pan”, expresión utilizada cuando nos referimos a lo redondeada que es la cara de alguien; “nacer con un pan debajo del brazo”, que quiere decir que alguien es muy afortunado; “al pan, pan y al vino, vino”, expresión que se utiliza cuando queremos decir algo directo, sin rodeos; “el pan, aunque sea duro, más vale para mí que para ninguno”, dicho por alguien que es un tanto avaricioso.
Si decimos de algo que “eso tiene mucha miga” queremos decir que tiene mucho contenido; o si exclamamos que “es más largo que un día sin pan” queremos decir que es demasiado laborioso y tedioso, mientras que si hacemos algo con poca previsión y cautela puede ser que nos digan que eso es “pan para hoy y hambre para mañana”.
Continué ojeando mi cuaderno y seguí encontrando refranes con mucha miga: “El huevo del día, el pan de ayer y el vino de un año, a nadie hace daño”. Este refrán a mi tío le gustaba mucho ya que nos lo decía bastante; quizá por su afición también a coleccionar botellas de vino y a criar gallinas en el corral de detrás de su casa. En otra página se podía leer, “pan casero, de ese sí quiero”. Este no me lo decía mi tío, sino que se lo murmuraba sonriendo mi tía a mi tío. Otro proverbio que ella solía recitar también en muchas ocasiones es el de “al pan caliente, abrirle un hoyito y echarle aceite”.
Se acercaba la hora de comer y con tanta lectura sobre panes, migas y vino, me estaba entrando hambre. Menos mal que en Mundopán hay un servicio de reparto de pan a domicilio y sé que en mi buzón habrá una barra tierna y calentita esperándome. Al fin y al cabo, los duelos con pan son menos y recordad que ¡donde no hay harina todo es mohína!