“Danos hoy nuestro pan de cada día”. Esta frase, universalmente conocida, demuestra la ambivalencia del producto que elaboramos en Mundopán. Tanto su carácter terrenal como el divino han sido expresados en la pintura a lo largo de los siglos.
Una de las representaciones pictóricas más comunes son los bodegones. En ellos se busca ilustrar la vida cotidiana a través de retratos de objetos naturales (frutas y alimentos, en general) y utensilios que se encuentran en una casa. Incluso, también, flores y hasta animales. Son abundantes los bodegones con pan, por ejemplo, el óleo sobre lienzo de Luis Egidio Meléndez, colgado en el Museo del Prado y compuesto, además, de ciruelas, brevas, jarra y barrilete. El Museo Thyssen-Bornemisza expone el Bodegón con fuente china, copa, cuchillo, pan y fruta atribuido al pintor holandés Jan Jansz Van de Velde.
El Museo de Orsay acoge el lienzo Almuerzo sobre la hierba de Manet. Dos hombres vestidos y una mujer desnuda escenifican la libertad individual con fruta y un pan redondo. La escena refleja cotidianidad, una de las razones por las que el pan ha protagonizado retratos “costumbristas”.
El otro rasgo que la pintura ha explotado del pan es su simbolismo divino. El pan asociado a la palabra sagrada, al mensaje de Cristo a través de la Hostia Sagrada. Un mensaje divino también representado en el hecho de compartir un trozo de pan, el más humilde de todos los alimentos, como sucede en el pasaje bíblico de los panes y los peces.
La Última Cena es el culmen de la divinidad simbólica. De aquella reunión en la que Jesucristo compartió cena con sus discípulos para despedirse y repartir la Hostia Sagrada, su cuerpo, su mensaje, la pintura más importante es la homónima de Leonardo Da Vinci. En ella se muestran las expresiones de los apóstoles después de que Jesucristo les confesara que uno de ellos le traicionaría. En la mesa, pan y vino, simbolizan no solo los alimentos de una cena sino el Cuerpo y la Sangre de Jesús. En esta obra se basó el pintor Juan de Juanes para La Santa Cena, cuadro que retrata a Jesús consagrando la Hostia delante de sus discípulos, y que posee una versión en el Museo del Prado.
El pan no se libra del tamiz moderno por el que pasó con el Pop Art. Roy Lichtenstein lo plasmó en su lámina en blanco y negro Bread in Bag, en la que dos delicadas manos metían una pieza recién horneada en una bolsa de papel kraft.
Como veis, muchas son las representaciones pictóricas en las que el pan ocupa un papel destacado, el mismo que día tras día le damos en Mundopán. A propósito, hablando tanto de pan me han entrado ganas de picar algo, ¿a alguien más le ha picado el gusanillo?