QUÉ PAN ES MEJOR PARA HACER DIETA, LO INDISPENSABLE A LA HORA DE ELEGIR EL PAN
Llega el verano y con él la preocupación por hacer dieta y lo cierto es que es una época muy buena para llevarla a cabo.
¿Por qué?
Porque en verano el cuerpo nos pide más líquidos, más fruta y, en general, comidas más ligeras. En segundo lugar, porque el pan, que va a ser uno de los alimentos protagonistas, nos facilita las comidas, por ejemplo, permitiéndonos bajar bocadillos a la playa.
Pero antes de entrar en materia tenemos que derribar un mito. NO TENEMOS QUE SEGUIR UNA DIETA BAJA EN CALORÍAS porque si nuestro cuerpo, que es muy listo, ve que no está incorporando las calorías necesarias para su actividad va a comenzar a reservar, a gastar menos y lo que vamos a conseguir es el indeseado efecto rebote, esto es, que cualquier cosa que comamos por encima de ese mínimo de calorías nos engorde un montón, ya que el cuerpo lo va a guardar como oro, en forma de reservas, ya sabéis, barriguita, culete…
Así pues, es importante que el consumo de calorías sea el adecuado. La clave está en que las calorías provengan de determinados nutrientes, ya que no son lo mismo los azúcares, que las grasas o los hidratos.
Si os fijáis en las etiquetas de los alimentos o investigáis por internet, hasta una manzana aporta calorías, pero éstas no son iguales que las que aporta el chorizo, aunque en número sean las mismas ya que las primeras llegarán en forma de azúcares simples y las segundas en forma de grasa.
Y es que nuestro cuerpo lo que necesita fundamentalmente son nutrientes que construyan: proteínas y vitaminas, y nutrientes que aporten energía: los hidratos de carbono.
Por poner un ejemplo es como si para nuestro cumpleaños le decimos a nuestros amigos que nos regalen camisetas porque nos hace falta renovar el armario. Si vienen con pantalones nos habrán regalado ropa pero no es la que necesitamos por el momento. Pues esto es igual.
Dicho esto ¿qué es lo que tiene que tener una buena dieta? Pues sobre todo, como os decía unas líneas arriba, vitaminas, proteínas e hidratos de carbono para poner en marcha todos los mecanismos del cuerpo.
Y aquí es donde entra el pan porque, además de tener vitaminas tan importantes para el cerebro como la vitamina B1, está compuesto esencialmente por hidratos de carbono saludables.
Pero no todos los panes son iguales. Por ejemplo, es muy importante que desbanquemos la idea de que un sándwich es más ligero que un bocadillo. Evidentemente el relleno de uno y otro será importante (no es lo mismo que sea vegetal a que sea de fiambre de cerdo) y también el peso, pero en cuanto al pan, debemos saber que el pan de molde, ya sea blanco o integral, contiene muchos más azúcares que el pan normal con lo que está más cerca de ser considerado bollería que pan y por tanto es menos adecuado para la dieta dado que buena parte de los hidratos que lo conforman provienen de azúcares.
Por otro lado, dentro de los panes propiamente dichos, es mejor optar por un pan integral antes que por un pan blanco. En cuanto a calorías ambos contienen las mismas, por lo que también tenemos que olvidarnos de ese mito de que el pan integral “engorda” más que el pan blanco. Ninguno engorda. Lo que sí es cierto que el pan integral sacia más, por lo que nos va a ayudar a no picotear entre horas. Además, al contener mayor contenido en fibra va a facilitar la digestión y el tránsito intestinal. Con ello no sólo no engordaremos sino que además también evitaremos la sensación incómoda de “estar hinchados”.
Por último, un argumento más para que veáis qué necesario es el pan. La levadura que se emplea en la masa es el aporte favorito para nuestras defensas y nuestra flora bacteriana. Hasta ahora se nos ha dicho que para las defensas hay que tomar vitamina C. Pues bien, además de un buen zumo de naranja, nuestras defensas estarán preparadas para todo si lo acompañamos de una buena tostada.