La historia del pan es fascinante y casi inabarcable. Decimos casi porque en Mundopán nos remangamos para meter las manos en la masa y contaros todo. Hoy os hablamos, precisamente, de la masa tipo brioche.
“S’ils n’ont pas de pain, qu’ils mangent de la brioche!” “Si no tienen pan, que coman brioche” es una frase adjudicada a María Antonieta cuando la interpelaron por el hambre del pueblo francés, en el siglo XVIII. Lo que María Antonieta desconocía era que el brioche estaba más aún fuera del alcance de un francés de a pie, que el pan, y era un alimento de las clases pudientes.
Hoy en día, el brioche está al alcance de cualquiera, incluso su elaboración. Harina, mantequilla, azúcar, sal, huevos y levadura son la base de esta masa esponjosa ideal para desayunos y meriendas. Pero, no solo. Los “bollos de leche” (como también se los conoce), al no tener un sabor excesivamente dulce, admiten, a la perfección, un acompañamiento salado como jamón y queso.
¿Cuántos no hemos merendado “Medias Noches” en los cumpleaños de los amiguitos del cole? Son un tipo de brioche, esponjoso, algo más que el “bollo suizo” o “suizo” que tiene la parte exterior (sobre todo la superior) algo más dura. Éste tiene una hendidura en la parte superior cubierta de azúcar. En España a este tipo de bollo lo llamamos “Suizo”, según cuentan, porque era muy consumido en el mítico Café Suizo de Madrid, un lugar de tertulias literarias y de aprovisionamiento abierto en 1845, en la confluencia de las calles Alcalá con Sevilla.
Con la capa superior más firme pero la misma masa del brioche encontramos el Pan de Viena, cuyo secreto es hornearse con un poco de vapor al principio. De esta manera, se consigue una capa hojaldrada.
Como veis el surtido de bollos tipo brioche es amplio, así como sus derivados, en forma de Panettone italiano, Roscón de Reyes y Pan de Muerto mexicano. Éste es un pan redondeado con cuatro pequeñas tiras rectangulares de la misma masa y un trozo pequeño coronando el bollo, encima de ellos. Parecen representar una calavera y unos huesos.
El Pan de Muerto lleva agua de azahar, extracto de anís, parte de jugo y cáscara de naranja y está decorado con azúcar espolvoreado o semillas de ajonjolí (sésamo). Es el dulce típico en el país azteca en los primeros días de noviembre, sobre todo el 1 y el 2 (De Todos los Santos y Día de los Muertos, para los mexicanos respectivamente).
Si se os ha hecho la boca agua, como a nosotros, estaremos encantados de alimentaros 😉