Este verano, cuídate sin dejar de disfrutar: 4 claves que son un placer.
¿Te has fijado que en Año Nuevo y en Verano todos hacemos propósitos de superación? Los motivos son de sobra conocidos: son fechas que marcan puntos de inflexión por lo que dejamos atrás y por lo que aspiramos a conseguir; y generalmente vienen precedidos por la desagradable sensación de no haber conseguido los propósitos previos. Principalmente se debe a dos motivos:
– nos hemos puesto metas poco realistas,
– hemos confiado en nuestra fuerza de voluntad en lugar de en nuestra motivación.
Aunque, si te das cuenta, estas dos razones están muy relacionadas: las metas son muy altas porque estamos convencidos de lograrlas, como si desearlo fuese suficiente, en lugar de fiarnos de la experiencia que nos dice que somos más efectivos si avanzamos “pasito a pasito” ¿O acaso somos capaces de echar a correr antes de aprender a gatear y después a andar?
Tiene mucho más sentido disfrutar de ir consiguiendo pequeños triunfos, que se irán cimentado en tu día a día si eres consciente de sus beneficios.
Vamos a contarte nuestras 4 propuestas para cuidarte este verano sin dejar de disfrutar. Eso sí recuerda siempre que, como hemos comentado arriba, no debes apoyarte en la fuerza de voluntad (que es limitada y se agota conforme la empleas), sino en la motivación. Preguntas como “¿qué quiero conseguir?” “¿qué va a aportar a mi vida?” o “¿cómo me voy a sentir con cada pequeño triunfo?” son fundamentales para establecer nuevos hábitos que perduren en el tiempo.
Clave #1. Mejor sueño.
Vamos a comenzar por la propuesta más sencilla, que no siempre tratamos con el respeto que se merece. Sí, a todos nos encanta dormir, pero ¿te has planteado por qué a veces te cuesta conciliar el sueño o por qué hay días que te levantas de mal humor, o sin energía? Varios tips:
– deja que transcurra entre una y dos horas entre la cena y la hora de acostarte. Y por supuesto, la cena ligerita.
– evita las pantallas (televisión, ordenador, móvil) un tiempo prudencial antes de ir a la cama: la luz que emiten no facilita conciliar el sueño, por no hablar de los contenidos a los que nos exponemos…
– dedica unos minutos antes de dormir a repasar el día, lo que estuvo bien y lo mejorable. Después concéntrate en qué está en tu mano hacer para que las cosas mejoren. Por último, trae a tu mente a la gente que te quiere y que ese sentimiento te acompañe hasta la mañana siguiente.
Clave #2. Mejor alimentación.
Tenemos la suerte de vivir en un país con una riqueza cultural y gastronómica impresionante. La calidad de nuestras materias primas y los métodos de elaboración nos hacen un referente mundial y ya has escuchado innumerables veces que la dieta mediterránea es más que saludable ¿Por qué entonces le somos infieles? Por las prisas. Y porque tenemos a mano multitud de alimentos preparados para gustarnos y ser consumidos de manera muy cómoda… Pero no necesariamente para ser saludables. Por eso, tenemos que buscar las opciones de comida apetitosa y sana.
¿Qué te parece dedicar un tiempo todos los días, el que decidas, a la cocina? Descubrirás que la práctica hace la maestría y que resulta muy satisfactorio para tu salud y tu autoestima comprobar que tienes a tu alcance recetas sencillas, sabrosas y saludables. ¡Y por supuesto no te olvides del pan! ¿Crees que nos habría acompañado desde hace milenios si fuese sólo apetecible? Es que, además, ¡es muy saludable!
Clave #3. Mejor ejercicio.
Que sí, que todos nos agobiamos cuando llegan estas fechas porque queremos tener una presencia física perfecta. Pero el primer paso para mejorarla es asumir cuál es nuestra realidad, no negarla ni renegar de ella. Somos como somos, y nuestro cuerpo es el que es. Puedes mirar atrás y culpabilizarte por lo que podrías haber hecho mejor, o pensar que cualquier día es bueno para implementar nuevas y mejores prácticas. Pero recuerda que no debes echar mano de la fuerza de voluntad, sino de la motivación y disfrutar de cada pequeño triunfo. Todos conocemos a amigos que se apuntaron al gimnasio un año entero y dejaron de ir a la cuarta sesión. Y tiene su lógica: pretendieron hacer tanto los primeros días que se agotaron y su mente rechazó la idea de mantener el objetivo para sufrir. Encima es probable que se sintiesen mal consigo mismos por su inconstancia.
Así pues, disfruta de un poco de ejercicio suave, mejor tres veces por semana. Tu propio cuerpo, al sentirse bien, te pedirá que aumentes la frecuencia y la intensidad. En unas semanas te encontrarás mejor físicamente, incluso mejorará tu humor; y ya no querrás abandonar tu rutina.
Clave #4. Dejar marchar.
El presente es el único momento sobre el que tenemos poder pero permitimos que el pasado nos genere ansiedad y el futuro estrés. De ese modo, dejamos de disfrutar de las pequeñas alegrías del día a día, incluso malogramos oportunidades de vivir experiencias hermosas o mejorar nuestras relaciones con los demás porque no reaccionamos igual ante una persona con sentido del humor, que ante alguien triste o nervioso. Es un círculo vicioso: nos encontramos mal, lo transmitimos a los demás incluso con nuestros gestos inconscientes, y comienzan a aparecer motivos reales para nuestro malestar. Suena dramático, ¿verdad?
Ojalá no te sientas identificado con esta dinámica, pero si es tu caso o conoces a alguien en esa situación, tranquilo, hay solución. Comienza con algo tan sencillo como disfrutar. Por ejemplo, pruebas una nueva variedad de pan. ¿Te gusta? ¡Bien! ¿No te gusta? ¡Fenomenal! ¡Es una oportunidad para seguir probando!
¿Imaginas el poder de esta forma de pensamiento? Si construyes la dinámica de ver oportunidades en cada pequeña cosa, reconocerás que tienes infinidad de motivos todos los días para sentirte estupendamente.
Al pasado dale sólo el poder de enseñarte y cae en la cuenta de que el futuro se comienza a construir hoy, ahora. Así que deja marchar la ansiedad y el estrés.
Consejo clave: para alejar un pensamiento no basta con esforzarse, de hecho sólo conseguirás que tenga aún más presencia: hay que sustituirlo por otro más poderoso.
¿Verdad que las 4 claves que te proponemos son muy sencillas? ¿Puedes perder algo por probar? Hay expertos que afirman que 21 días son suficientes para que un nuevo hábito se instale. Nosotros te aseguramos que querer mejorar tu día a día es el primer paso para lograrlo y que las consecuencias positivas de estas claves para cuidarte van a hacerte tan feliz, que te sumarás a ellas con alegría.